miércoles, 11 de noviembre de 2015

Sr. Presidente: ¿por qué se burla usted de los trabajadores y trabajadoras de este país?


#CiudadaniaEnPrecampaña.  


Sr. Presidente: cuando usted habla de recuperación y de que se han creado no sé cuántos miles de empleos, ¿está mintiendo o se está burlando del personal?
No, burlarse es poco: usted lo que está es humillando y escupiendo a la cara a los trabajadores y a las trabajadoras de este país.
Sr. Presidente: salga a la calle, vaya a los centros de trabajo y entérese de las condiciones laborales de los empleos que su Gobierno dice haber creado. Entérese de la calidad de los puestos de trabajo que ha creado y no presuma tanto de la cantidad. Entérese de lo que la gente gana y del tipo de contrato que tiene. Compruebe usted mismo cómo la gente va a trabajar con miedo, con el temor de que cualquier día le digan: «Hoy es tu último día, mañana no vengas». Y cuando se tiene miedo —supongo que usted lo sabrá— todos terminamos aceptando condiciones que, casi siempre, son vergonzosas y vergonzantes.
Y también le pido, Sr. Presidente, que tenga la decencia y la valentía de incluir en su balance de resultados a los miles de trabajadores y trabajadoras que están trabajando sin contrato. Ese inmenso grupo que usted —y muchos como usted— ignora en sus estadísticas. Ese numeroso grupo de ciudadanos y ciudadanas que trabajan sin ningún derecho laboral, sin ninguna protección, y dispuestos a aceptar cualquier condición.
Sr. Presidente: cuando usted habla en nombre del pueblo español y dice que sabe lo que nos pasa o lo que necesitamos los españoles, yo, la verdad, no lo entiendo. No sé de qué país ni de qué realidad me habla usted. Humildemente, Sr. Presidente, le pido que salga a la calle y vea el dolor social de este país. Porque si usted me vuelve a repetir eso de que «España está saliendo de la crisis», yo le voy a decir, Sr. Presidente, ¡que usted está más ciego que mi paisano Currete (1), carajo! Y también le voy a decir que ese tipo de ceguera, desde mi punto de vista, solo puede ser debido a tres explicaciones.
Una. Usted puede ver la realidad y no ser capaz de entenderla por falta de inteligencia emocional o intelectual o por incapacidad de empatizar con el dolor ajeno.
Dos. Usted ve la realidad pero desvía la mirada hacia otro lado porque es demasiado sensible y no puede afrontar tanto dolor.
Y tres. Usted ve lo que pasa en este país pero no hace nada porque, sencillamente, es cómplice —o es causante— de la dramática situación en la que están viviendo millones de familias en este país.
Sr. Presidente: ¿cuál de las tres explicaciones cree usted que justificaría su caso de ceguera social y humana?
Ahí le dejo la pregunta. Solo usted sabe la respuesta. Espero que tenga la conciencia tranquila y esté durmiendo bien. Yo estoy durmiendo fatal. En este país montamos un circo y nos adelgazan los elefantes y se le caen los pelos a los monos.
Y para terminar, Sr. Presidente, una cosilla más.
No recuerdo dónde leí algo así como que en tiempos de crisis era cuando más había que estar vigilantes para evitar que se pisotee la dignidad de las personas, que es lo último que se debe permitir. Decir esto ahora, después de casi ocho años de crisis, suena a chiste viejo, ¿verdad? Sí, a mí me suena a una vergüenza consumada y aceptada hace bastante tiempo. Y entonces me pregunto: ¿para qué nos sirven las instituciones democráticas? ¿Para qué nos sirve tanta «democracia»? ¿Dónde están nuestros máximos líderes, guías políticos y espirituales, que no hacen nada para evitar que se pisotee cada día la dignidad de los trabajadores y trabajadoras con o sin trabajo? ¿Y dónde estamos los ciudadanos y las ciudadanas que lo estamos consintiendo?
Las elecciones están cada día más cerca y los ciudadanos y las ciudadanas de este país tenemos que reactivarnos. Tenemos que hacer balance y analizar qué ha pasado todos estos años. Y no podemos quedarnos ni quietos, ni callados. La rabia y la indignación del 15M deben volver a salir a la calle. Como decía Bertolt Brecht: «¡Contra la injusticia y la impunidad! Ni perdón ni olvido».

#CiudadaniaEnPrecampaña. No leeré el programa de los sueños de ningún partido de los que han gobernado. Leeré el programa de lo hechoLos sueños, sueños son… y la única verdad está en el pasado.

P.D.: Sr. Presidente, en honor a la verdad, esta carta se la podría enviar a otros muchos políticos que piensan como usted; incluso a otros muchos que dicen que no piensan como usted, pero que actúan como usted. Incluso a muchos más políticos que dicen que no piensan como usted, que no actúan como usted… pero, tristemente, consiguen el mismo resultado que usted. Así que no se apene, que usted no es el único ciego. Y además, quién soy yo, y qué importa lo que yo diga, si solo soy un simple ciudadano.

(1) Currete era ciego y fue uno de los primeros vendedores de cupones de la ONCE en mi pueblo (Lebrija). Un hombre al que recuerdo de niño como muy inteligente, que se las apañaba yendo de un sitio para otro por todo el pueblo y que era capaz de reconocer a todo el mundo por la voz. Mi madre, siempre que lo veía, le compraba un cupón. La pobre no podía evitarlo, siempre buscando la suerte para mejorar la vida de sus hijos.

6 comentarios:

  1. Ya lo dices tu todo y de manera admirablemente clara. Gracias.

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  2. Ya lo dices tu todo y de manera admirablemente clara. Gracias.

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  3. Verdades como puños, escritas con mucha elegancia , yo hubiera soltado mas de un insulto en su lugar.

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  4. Verdades como puños, escritas con mucha elegancia , yo hubiera soltado mas de un insulto en su lugar.

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  5. Es mentira, tampoco se han creado puestos de trabajo, sólo se ha expulsado a personas de nuestro pais, hay menos trabajadores que cuando empezaron. Y como tu bien dices los que hay con peores condiciones laborales.

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  6. Es mentira, tampoco se han creado puestos de trabajo, sólo se ha expulsado a personas de nuestro pais, hay menos trabajadores que cuando empezaron. Y como tu bien dices los que hay con peores condiciones laborales.

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