#CiudadaniaEnPrecampaña.
Sr.
Presidente: cuando usted habla de recuperación y de que se han creado no sé
cuántos miles de empleos, ¿está mintiendo o se está burlando del personal?
No,
burlarse es poco: usted lo que está es humillando y escupiendo a la cara a los
trabajadores y a las trabajadoras de este país.
Sr.
Presidente: salga a la calle, vaya a los centros de trabajo y entérese de las
condiciones laborales de los empleos que su Gobierno dice haber
creado. Entérese de la calidad de los puestos de trabajo que ha creado y no
presuma tanto de la cantidad. Entérese de lo que la gente gana y del tipo de
contrato que tiene. Compruebe usted mismo cómo la gente va a trabajar con
miedo, con el temor de que cualquier día le digan: «Hoy es tu último día, mañana no vengas». Y cuando se tiene
miedo —supongo que usted lo sabrá— todos terminamos aceptando condiciones que,
casi siempre, son vergonzosas y vergonzantes.
Y
también le pido, Sr. Presidente, que tenga la decencia y la valentía de incluir
en su balance de resultados a los miles de trabajadores y trabajadoras que están
trabajando sin contrato. Ese inmenso grupo que usted —y muchos como usted— ignora
en sus estadísticas. Ese numeroso grupo de ciudadanos y ciudadanas que trabajan
sin ningún derecho laboral, sin ninguna protección, y dispuestos a aceptar
cualquier condición.
Sr.
Presidente: cuando usted habla en nombre del pueblo español y dice que sabe lo
que nos pasa o lo que necesitamos los españoles, yo, la verdad, no lo entiendo.
No sé de qué país ni de qué realidad me habla usted. Humildemente, Sr.
Presidente, le pido que salga a la calle y vea el dolor social de este país.
Porque si usted me vuelve a repetir eso de que «España está saliendo de la crisis», yo le voy a decir, Sr. Presidente,
¡que usted está más ciego que mi paisano Currete (1), carajo! Y también le
voy a decir que ese tipo de ceguera, desde mi punto de vista, solo puede ser
debido a tres explicaciones.
Una.
Usted puede ver la realidad y no ser capaz de entenderla por falta de
inteligencia emocional o intelectual o por incapacidad de empatizar con el
dolor ajeno.
Dos.
Usted ve la realidad pero desvía la mirada hacia otro lado porque es demasiado
sensible y no puede afrontar tanto dolor.
Y
tres. Usted ve lo que pasa en este país pero no hace nada porque,
sencillamente, es cómplice —o es causante— de la dramática situación en la que
están viviendo millones de familias en este país.
Sr.
Presidente: ¿cuál de las tres explicaciones cree usted que justificaría su caso
de ceguera social y humana?
Ahí
le dejo la pregunta. Solo usted sabe la respuesta. Espero que tenga la
conciencia tranquila y esté durmiendo bien. Yo estoy durmiendo fatal. En este
país montamos un circo y nos adelgazan los elefantes y se le caen los pelos a
los monos.
Y
para terminar, Sr. Presidente, una cosilla más.
No
recuerdo dónde leí algo así como que en tiempos de crisis era cuando más había
que estar vigilantes para evitar que se pisotee la dignidad de las personas,
que es lo último que se debe permitir. Decir esto ahora, después de casi ocho
años de crisis, suena a chiste viejo, ¿verdad? Sí, a mí me suena a una
vergüenza consumada y aceptada hace bastante tiempo. Y entonces me pregunto: ¿para
qué nos sirven las instituciones democráticas? ¿Para qué nos sirve tanta «democracia»? ¿Dónde están nuestros
máximos líderes, guías políticos y espirituales, que no hacen nada para evitar
que se pisotee cada día la dignidad de los trabajadores y trabajadoras con o
sin trabajo? ¿Y dónde estamos los ciudadanos y las ciudadanas que lo estamos
consintiendo?
Las
elecciones están cada día más cerca y los ciudadanos y las ciudadanas de este
país tenemos que reactivarnos. Tenemos que hacer balance y analizar qué ha
pasado todos estos años. Y no podemos quedarnos ni quietos, ni callados. La
rabia y la indignación del 15M deben volver a salir a la calle. Como decía
Bertolt Brecht: «¡Contra la
injusticia y la impunidad! Ni perdón ni olvido».
#CiudadaniaEnPrecampaña.
No leeré el programa de los sueños de ningún partido de los que han
gobernado. Leeré el programa de lo hecho. Los sueños,
sueños son… y la única verdad está en el pasado.
P.D.:
Sr. Presidente, en honor a la verdad, esta carta se la podría enviar a otros
muchos políticos que piensan como usted; incluso a otros muchos que dicen que
no piensan como usted, pero que actúan como usted. Incluso a muchos más
políticos que dicen que no piensan como usted, que no actúan como usted… pero,
tristemente, consiguen el mismo resultado que usted. Así que no se apene, que
usted no es el único ciego. Y además, quién soy yo, y qué importa lo que yo
diga, si solo soy un simple ciudadano.
Ya lo dices tu todo y de manera admirablemente clara. Gracias.
ResponderEliminarYa lo dices tu todo y de manera admirablemente clara. Gracias.
ResponderEliminarVerdades como puños, escritas con mucha elegancia , yo hubiera soltado mas de un insulto en su lugar.
ResponderEliminarVerdades como puños, escritas con mucha elegancia , yo hubiera soltado mas de un insulto en su lugar.
ResponderEliminarEs mentira, tampoco se han creado puestos de trabajo, sólo se ha expulsado a personas de nuestro pais, hay menos trabajadores que cuando empezaron. Y como tu bien dices los que hay con peores condiciones laborales.
ResponderEliminarEs mentira, tampoco se han creado puestos de trabajo, sólo se ha expulsado a personas de nuestro pais, hay menos trabajadores que cuando empezaron. Y como tu bien dices los que hay con peores condiciones laborales.
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